Ensayo. Dios-hombre en la producción literaria de Cesar Vallejo y Blas de Otero
Por: Centro Literario Istak Axolotl
Biografía
César Abraham Vallejo Mendoza nació el 16 de marzo de 1892 en Santiago de Chuco, Perú. Formó parte de una familia sumamente numerosa puesto que fue el menor de once hermanos, todos hijos de María de los Santos Mendoza Gurrionero y Francisco de Paula Vallejo Benítez. Respecto al entorno en el cual desarrolló su infancia cabe señalar un aspecto relevante, ya que éste tuvo notorias influencias en lo que posteriormente sería una constante a lo largo de sus obras. Su abuelo era un sacerdote gallego, por lo cual, su familia pensó en hacerle ejercer el sacerdocio. Este hecho marcó a profundidad su formación y dio respuesta a al uso abundante de vocabulario bíblico y litúrgico en su poesía.
Antes de ahondar en su producción, se proseguirá
con la mención de otros sucesos influyentes de su vida que igualmente se
encuentran presentes en su obra. Vallejo realizó sus primeros estudios en el
Centro Escolar N.º 127 dentro del mismo Santiago de Chuco; no obstante,
desde abril de 1905 hasta 1909 estudió la secundaria en el colegio San Nicolás
de Huamachuco.
En 1910 inició sus
estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Trujillo y de Derecho en la
Universidad de San Marcos (Lima); pero abandonó ambos debido a severos
problemas económicos por lo cual decidió regresar a su pueblo para ,tiempo
después, volver a Trujillo en 1913 y ejercer la docencia con el fin de
costearse su educación.
Sin
embargo, antes de laborar como catedrático, trabajó en
la Hacienda Roma donde
fue testigo de la explotación de los trabajadores agrarios, experiencia que
tendría un impacto importante en su política y estética.
Retomando su etapa
como docente, trabajó en el Centro Escolar de Varones Nº241 y luego en el
Colegio Nacional de San Juan, lugar en el cual impartió clases a Ciro Alegría
uno de los máximos exponentes de la narrativa indigenista en Perú. Gracias a
dichos cargos en 1915 obtiene su título de bachiller en letras con su
tesis El romanticismo en la poesía castellana.
Posteriormente, en 1916 y al término de
sus estudios superiores, comienza a frecuentar los círculos intelectuales de su
época hasta que finalmente pasa a formar parte de uno llamado Grupo Norte, en
el cual frecuenta a figuras como: Antenor Orrego, Víctor Raúl Haya de la Torre, Francisco Xandóval, Macedonio de la Torre, Juan Espejo Asturrizaga y Alcides Spelucín . Durante ese tiempo realiza sus primeras publicaciones en periódicos y
revistas locales e, igualmente, conoce a María Rosa Sandoval una de sus más
destacadas musas; no obstante, a más de un año de relación ésta desaparece sin
dejar rastro.
Posterior a ello y, tras años de duda, se le informa a Vallejo que ella
escapó a la ciudad de Otuzco debido a que se encontraba en un estado crítico de
tuberculosis y no quería estar cerca cuando ésta le consumiera, hecho que
terminó por suceder en 1918. Un año que lo marcaría todo, ya que en él coincide
otro acontecimiento doloroso: la muerte de su madre.
A mediados de 1919 publica su primer poemario Los heraldos negros, dentro
del cual, son visibles las influencias modernistas de Rubén Darío (a quien
siempre admiró), Julio Herrera y Reissig y escritos de su compañero Manuel González Prada quien había
muerto recientemente. A la par de este suceso, Vallejo se desempeña como
docente en el Colegio Guadalupe y en el Colegio Barrós. En este último ocupa el
puesto directivo; no obstante, su estancia es corta debido a que comienza una
relación con una joven de 15 años llamada Otilia Villanueva (otra de sus musas
para el poemario Trilce), la cual, era cuñada de uno de sus colegas del
colegio.
Dos años después regresa a Santiago de Chuco por la muerte de su madre;
pero a su llegada se encuentra con un problema el cual le marca durante la
mayor parte de su vida. No transcurre mucho de su advenimiento cuando la casa
perteneciente a la familia Santa María Calderón, que transportaba mercancías y
alcohol en animales de carga desde la costa, fue saqueada e incendiada. Posterior
al hecho, Vallejo fue acusado injustamente como participante e instigador del
acto, por lo cual, es llevado a prisión donde permanece encarcelado desde el 6
de noviembre de 1920 hasta el 26 de febrero de 1921.
No obstante; dicha tragedia no fue causa que le impidiera continuar con
su pasión y, prueba de ello, es el premio de la municipalidad de Trujillo el
cual le es otorgado el 24 de diciembre por su poema Fabla de gesta, un
homenaje al Marqués de Torre Tagle.
Tras dejar la cárcel por orden de libertad condicional, el poeta viaja
nuevamente a Lima donde es premiado por su obra Más allá de la vida y la
muerte y, el monto del premio, es destinado al financiamiento de otras de
sus publicaciones literarias.
En el año 1922 surge su segundo poemario Trilce , el cual es
prologado por su amigo y compañero de Grupo Norte Antenor Orrego quien dice al
respecto que Vallejo sembrará una nueva época de libertad, autonomía poética y articulación
verbal, puesto que Trilce se anticiparía a gran parte del vanguardismo
el cual daría sus primeras señales entre 1920 y 1930.
La obra de Vallejo
llevaría a la lengua española a un cruce de limites sumamente radicales, en
donde se vería la presencia de nuevas palabras, el forzamiento de la sintaxis,
el empleo de la escritura automática (la cual no proviene de un pensamiento
consciente) y otras técnicas utilizadas por el movimiento Dadá (revelación
contra las convicciones literarias, artísticas o burguesas) y Suprarrealista
(uso del imaginario y lo irracional). Adelantándose a las renovaciones del
lenguaje literario, manejadas posteriormente por Vicente Huidobro en su obra Altazor.
La última etapa de su vida parte cuando decide embarcar a Europa en el
año 1923, después de publicar las colecciones de cuentos Escalas
melografiadas y Fabla salvaje. Sus primeros dos años de
residencia en París, fueron en extremo precarios; pero su estancia le permitió
conocer a grandes figuras de la literatura como: Juan Larrea, Vicente Huidobro,
Pablo Neruda y Tristán Tzara.
En 1926 conoce a su primera pareja
francesa, Henriette Maisse con quien tiene relación hasta octubre de 1928 ya
que, en 1927, se vincula formalmente con Georgette Marie Philippart Travers.
Juntos realizan un segundo viaje a Rusia en 1929 pues Vallejo se había
interesado por las cuestiones político-sociales, las cuales, llevó de regreso a
Francia para fundar la Célula parisina del Partido Socialista (1928).
En 1930 viaja a Madrid a raíz de la
publicación de Trilce; no obstante, a su regreso es expulsado por el
gobierno parisino el cual acusa de la organización de supuestas propagandas
comunistas. Esto le obliga a volver nuevamente a Madrid donde vive con
dificultades económicas, las cuales se ven equilibradas por la oportunidad que
tiene de relacionarse con Miguel de Unamuno, Federico García Lorca, Rafael
Alberti y José Bergamín, literatos españoles de sumo renombre.
En su estadía publica su novela Tungsteno
y Rusia en 1931, la cual obtuvo respuestas positivas una vez puesta en
venta. En el mismo año, crea su cuento Paco Yunque al cual se le niega
su publicación por ser catalogado como una obra demasiado triste.
En 1931
realiza su primer viaje a Rusia y de vuelta a Madrid, las editoriales españolas
le niegan rotundamente la publicación de sus obras Entre las dos orillas corre el río, Rusia ante el segundo plan quinquenal y El
arte y la revolución, por poseer un carácter sumamente marxista y
revolucionario.
Su restricción de ingreso a París es
revocada en 1932, por lo cual regresa junto a Georgette para casarse en 1934.
En este año escribe Colacho hermanos o Presidentes de América, una
sátira contra los gobiernos latinoamericanos que se sometían a la política
estadounidense.
Al estallar la Guerra Civil española en 1936
colabora, al igual que su colega Pablo Neruda, en la fundación del Comité
Iberoamericano para la Defensa de la República Española y, en 1937, regresa por
última vez a dicho país para asistir al Congreso Internacional de Escritores
Antifascistas.
Una vez estando en París, realiza sus
últimas composiciones liricas Poemas humanos y España, aparta de mi
este cáliz. A inicios de 1938 retoma el oficio de docente en Lengua y
literatura; sin embargo, en marzo sufre una recaída que le provoca un fuerte
agotamiento físico.
El 24 de ese mes es internado por una
enfermedad desconocida (paludismo) que ya había estado presente en su infancia.
Ésta le provoca una crisis de gravedad el 7 y 8 de abril y, finalmente, fallece
una semana después (15 de abril). Vallejo fue enterrado en el cementerio de Montrouge; pero
ahora sus restos se encuentran en el Cimetière du Montparnasse en París con el siguiente epitafio dedicado por esposa Georgette: "He nevado tanto para que te
duermas".
Reseña critica
Sin importar
que la trayectoria de César Vallejo sigue el camino de la lírica hispana (del
Modernismo a las vanguardias y del experimentalismo vanguardista hacia una
poesía sensible respecto al dolor humano), su labor poética se caracteriza por
una inquietud innovadora y una independencia inigualable, la cual, hace caso
omiso a las fuertes tendencias del momento.
En
cuanto a ideologías, formó dentro del marxismo una postura muy personal, anclada
a sus preocupaciones religiosas y estéticas; rechazó el dogmatismo y a la
literatura con fines proselitistas concibiendo en el ideal de Marx una camino
justo y libre para el hombre; no obstante, carente de solución a las grandes interrogantes
del espíritu.
La
personalidad del poeta es una pieza clave para la elaboración de su obra
pues ésta se encuentra regida por un rasgo de suma relevancia: su evidente
sensibilidad ante el dolor tanto propio como ajeno. Sus últimos poemarios (dos
de ellos publicados tras su muerte) componen su obra lírica. Si bien se
identifican elementos concernientes al Modernismo, Los heraldos negros (1919),
ahonda en la transgresión del movimiento.
El
estilo empleado tiende a manejar un lenguaje más sencillo e incluso coloquial;
pero siempre es profundo. Por su temática, parte de sus composiciones radica en
el sentir de su ascendencia indígena; no obstante, junto a ello existen otros
poemas dedicados a las realidades de su día a día (su casa, su familia, etc.).
La
mayor parte de sus composiciones están envueltas en un tono melancólico,
triste, el cual está presente desde el inicio de la obra con el primer poema
que otorga el título al libro "Los heraldos negros". El alejamiento
del Modernismo en ésta y en otras composiciones es observable.
Frente a la belleza dentro de la perfección
formal y la sensualidad se acoge un discurso casi coloquial, con emoción y gran
incertidumbre; sin embargo, el verdadero radical se ve expuesto en su segunda
publicación Trilce (1922), título clave de la poesía vanguardista. En
éste, Vallejo adopta el verso libre y rompe abruptamente con las formas
tradicionales, con la lógica y con la sintaxis. Igualmente, juega con la
creación de nuevos conceptos ( ejemplo de ello es el destinado a titular la
obra).
Algunos poemas poseen una enorme dificultad
para comprenderse del todo; pero en otros tal extremismo se halla al servicio
de lo emotivo. Este caso concierne a aquellas composiciones que sirven de
vehículo a un recuerdo de la infancia o a una sensación amorosa; a la pasión
erótica, el dolor de residir en prisión, el tiempo o la muerte. Es por ello que
Trilce tardaría algún tiempo en ser comprendida.
En
los años siguientes, inicia con un nuevo libro de poemas que se lanza al
público tras su muerte. Poemas humanos (1939). Dicha composición
sería su obra cumbre y uno de los libros más impresionantes jamás escritos
sobre el dolor humano. En ella Vallejo trasciende de lo individual para abordar
temas colectivos, reuniendo el intimismo lírico con la conciencia común.
Queda
expuesto que el dolor continúa siendo el centro de su poesía; pero ahora encontramos
el testimonio constante de los sufrimientos ajenos. La conciencia del dolor
humano desemboca en un sentimiento de empatía y, la inquietud social, es
influencia en la mayor parte de sus versos.
No
obstante, su conciencia artística le aleja de caer en la facilidad. El lenguaje
del libro permanece atrevido. Subsisten las distorsiones sintácticas, las
imágenes extravagantes y la combinación incoherente de frases heterogéneas;
pero ello no impide la comprensión del sentido de cada poema. A esto favorece
el uso constante de léxico coloquial, aunque perfectamente intercalado con las
expresiones metafóricas.
Sin
entregarse completamente a experimentaciones lingüísticas extremistas, el poeta
construye una tonalidad original en su estilo: el ritmo y la composición de los
elementos del poema pasan a un primer plano; sus estructuras se hacen más
largas, con mayor variabilidad y adoptan en una ironía retórica.
Al
estallar la Guerra Civil española, Vallejo escribió España, aparta de
mi este cáliz que se publicó a la par de la antología Poemas
humanos. En dicho poemario el autor habla al pueblo en lucha y, al mismo
tiempo, a su esperanza; a la guerra y la deshumanización del mundo actual. Su
visión de la Guerra Civil radica en el pensamiento que toma a la ideología
política como aspecto irrelevante tras la aparición de las emociones. Incluso posee
una clase profetismo cósmico afín al del poeta estadounidense Walt Whitman.
La
popularidad de la obra vallejiana no ha dejado de incrementarse con los
años. Su influencia trasciende en cada generación, sin importar si ésta se inclina
al tópico social o a la experimentación de vanguardia. Con toda firmeza es un
clásico de la literatura hispánica. Por otra lado, la armonía entre contenido
humanístico y la rigidez artística del lenguaje condujo a Vallejo a la creación
de un equilibrio dentro del cual se encuentran tanto responsabilidades cívicas como
cuestiones estéticas; incorporadas en la producción de una de las más grandes figuras
del siglo XX.
Dios-hombre en la producción literaria de Vallejo y Blas de Otero
Terry
Eagleton, crítico de origen británico, plantea en su obra Una introducción a
la teoría literaria que el contenido literario, percibido desde su forma,
no se encuentra sujeto a un carácter inmutable; sino que se adapta al contexto
que éste experimenta (ideológico, histórico o social).
De ello, se puede marcar una fuerte
vinculación respecto al lugar en el cual se construye la obra y la obra
en sí. Por esta razón, el análisis lírico que aquí se presenta sobre los
autores César Vallejo y Blas de Otero, expone que el contexto de producción va
más allá de la temporalidad o las primeras observaciones, e incluso, señala la exactitud
que posee la concepción de una de las musas más influyentes para ambos poetas:
Dios.
Eagleton menciona que la literatura
tiene una labor principalmente humanizadora, puesto que se ocupa del
manejo de valores antes que de acontecimientos históricos. Igualmente, transita
mediante las emociones y la experiencia. Ejemplo de ello es el siguiente
fragmento del poema Masa:
Acudieron a
él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando “Tanto amor y no poder nada contra la
muerte!”
pero el
cadáver ¡ay! siguió muriendo.
La estrofa presentada demuestra un deber humanizador inclinado hacia la colectividad antes que la individualidad, pues lo que narra es la impotencia del hombre ante la muerte en guerra; no obstante, su autor, Vallejo, también exhibe composiciones plenamente afines a su propia experiencia emocional:
Se tiene
noción que uno de los acontecimientos que más peso tuvo dentro de la vida del
poeta fue la muerte de sus dos grandes amores: su pareja y su madre. Ambas,
compartían la casualidad de la relación en sus nombres (María de los Santos y
María Rosa) por ello el poeta, exteriorizando el dolor y la impotencia que
dicha situación generó en él, exclama con agonía a Dios: ¡tú no tienes
Marías que se van!
Partiendo
de esta gran figura, es que se desglosará la función del contexto que
Terry Eagleton maneja en su obra y que, tanto Fernando Aseguinolaza como María
do Cebreiro explican en su Manual de Teoría de la Literatura. Eagleton
se refiere al contexto como un elemento inherente a la obra. Una creación que
posee un nexo específico para una época determinada. Por otro lado,
Aseguinolaza y Cebreiro emplean el concepto de carácter circunstancial del
discurso, el cual, complementa la visión del contexto de Eagleton.
En
el Manual de Teoría de la Literatura, se fundamenta que dicho carácter
circunstancial se encuentra presente en todo aquello que concierne a la
literatura clásica; no obstante, mencionan un aspecto esencial para lo que hoy
en día se conoce como poesía moderna, el cual, fungirá de base en este
análisis poético.
“El
efecto de la liberación de la palabra de su circunstancia inmediata”
(Aseguinolaza, Cebreiro, 2006, p. 277), es la propuesta que manejan estos
autores para analizar de una forma más completa la producción moderna. Plantean
que el poema es el que forja sus propias circunstancias y no las circunstancias
las que le forjan a él. Esto hace referencia a que el contexto también puede
ser anclado a las situaciones intimas de su creador.
Ahora,
retomando a la figura de Dios centrada por este instante en las composiciones
de Vallejo, se puede observar la influencia de los hechos que acontecieron en
su vida. Al igual las exigencias por una explicación a dicho ser que,
básicamente, posee la habilidad de evitarle sufrimiento:
Los heraldos
negros
Hay golpes en la vida tan
fuertes… Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios, como
si ante ellos,
La resaca de todo lo
sufrido
Se empozara en el alma…Yo
no sé!
Igualmente,
es de vital importancia enfatizar la actitud que el poeta presenta ante
Dios. Una actitud de despecho e ira pues dicha concepción se conserva firme, de
inicio a fin, en su obra Los Heraldos negros:
Los dados
eternos
Dios mío, si
tú hubieras sido hombre,
hoy supieras
ser Dios;
pero tú, que
estuviste siempre bien,
no sientes
nada de tu creación.
Y el hombre
sí te sufre: el Dios es él!
Es de esta
idea que se hará una vinculación al segundo poeta, debido a que él también
comparte la misma concepción de dicho ente en su obra. Esto se debe a
que, en el primer autor, el contexto se apega más a las circunstancias
que su propia poesía construye, y el segundo, sufre un acontecimiento histórico
al cual queda enteramente expuesto. Ambos se encuentran en un conflicto bélico;
pero lo libran en diferentes campos de batalla.
1936
y 1939 son años en los cuales España se vio sometida a una yerra. A una marca
ardiente que representó la opresión, el hambre, la muerte y el olvido. Muchas
voces clamaron hasta la afonía para, finalmente, ser desgarradas y extinguidas
por el régimen fascista. No obstante, el país dio a luz a nuevos voceros con nuevas armas de denuncia.
Una
vez comenzada la Guerra Civil, la famosa Edad de Plata sufrió una
fragmentación. La generación del 27 conformada por grandes poetas como Dámaso
Alonso, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre y Jorge
Guillén quedó desintegrada por causas como la muerte, la persecución, la
enfermedad y el exilio. Cada una de estas mentes brillantes fue atormentada y
reducida al polvo por los estragos de la beligerancia; pero sus predecesores se
encargaron de rescatar sus ideales de la cenizas. Continuaron su denuncia
compartiendo un dolor semejante y un poderoso anhelo del porvenir.
Hacia
inicios de 1944 surgieron las creaciones Hijos
de la ira y Sombra del paraíso. En
la revista literaria Espadaña se
exaltó el desacuerdo con las prácticas ideológicas que ocultaban la realidad de
la guerra, y se le concedió prioridad a la sensación de la angustia; originando
una vertiente a la cual se le nombró poesía
desarraigada.
Estos
hijos de la guerra se dieron la misión de descubrir nuevas formas de
exteriorizar la libertad, enfocando sus temáticas en el sufrimiento del hombre
a través de distintos aspectos como la desolación, la incertidumbre y la
religiosidad conflictiva. Colocando en el eje central de la culpa a ese gran
Juez.
“El
Dios a quien se interpela en esta poesía es el Dios […] de Abraham […] que dice
haberse comunicado con el hombre y ahora calla, […] dice ser su salvación, y
[…] está indiferente al ser humano” ( José Alberto Garijo, 2014, p. 2).
Blas
de Otero, autor de posguerra, fue uno de los principales y más influyentes
autores de este corte. La obra más representativa durante ese periodo de
pensamiento fue Cántico espiritual en
el año de 1944, tomando al poeta místico san Juan de la Cruz como pilar en gran
parte de su argumento, el cual, construye una propuesta en la que el “ Yo del
poeta […] interpela directamente a Dios” (José Alberto Garijo, 2014, p. 3).
Dámaso
Alonso refirió a los autores de esta desgarradora vertiente como personas para
las que el mundo representó caos y angustia y, la poesía, era una búsqueda
frenética de orden y anclaje. Blas de Otero clama incesantemente a ese mentor
prometido; pero sordo a sus lamentos. Se niega a ceder por la ilusión de un
rostro sin rasgos como se muestra en el siguiente fragmento del poema Hombre:
Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.
En el otro
extremo de este clamor se encuentra a un hombre resignado; pero a su vez
exigente. Se observa al poeta como una “versión” de Cristo crucificado. Del
hijo dispuesto a ejercer la voluntad de su padre hasta tocar la cumbre de su
sufrimiento; llegando a un punto en el cual ha olvidado la razón de su llegada
al mundo, por lo cual recurre desesperadamente a un consuelo en los brazos de
su padre:
Ecce Homo
[…] Escucha cómo estoy, Dios de las ruinas.
Hecho un cristo, gritando en el vacío,
arrancando, con rabia, las espinas […]
Como se
mencionó anteriormente, esta poesía se encuentra anclada al otro extremo de la
balanza de la percepción. Finca su postura en un exceso de realidad, una que “nos deja mucho más ansiosos y
desconcertados que el defecto de realidad, que por lo menos podíamos compensar
con la utopía y lo imaginario, mientras que para el exceso […] no existe
compensación ni alternativa (Jean Baudrillard, 1995, p. 37).
Es
así como se va atenuando gradualmente la espera de un protector, y el poeta,
realiza un conjetura en la que probablemente no se trata de la falta de
respuestas o la indolencia respecto a los sucesos del exterior; sino que quizá,
ese Dios dejó de existir hace un largo tiempo y por ello su ausencia es
perpetua:
Me llamarán
[…] Bien lo sabéis,
vendrán por ti, por ti, por mí, por todos
y también por ti.
Aquí no se salva ni Dios, lo asesinaron
[…].
De los fragmentos expuestos se pueden
reflexionar distintas cosas, y una de ellas es la pérdida de la fe. Respecto a
lo anterior, Vallejo, decía que el hombre es un animal metafísico y tiene
diversas necesidades, como explicarse los sucesos que acontecen en el mundo.
Por ello, se puede inferir la inherencia de este rasgo en cada ser. Un fragmento
esencial de lo que hace a la humanidad ser humanidad, aunque eso implique tocar
con el pecho la otra punta de esa daga.
Es
evidente que ambos poetas se encuentran ante un cataclismo trascendental. En La Biblia la fe radica en la certeza de
lo imperceptible, de lo que no se ve; pero es precisamente esa promesa la que
seduce al hombre. Es la razón de la espera perpetua en lugar del cuidado de la
propia convicción.
La exaltación de la ausencia de Dios en
Vallejo y Otero se ha constatado en los poemas expuestos los cuales demuestran
cómo la imagen cumbre de su esperanza va decayendo hasta quedar completamente
destruida. También los sentimientos de abandono, impotencia e incluso traición,
aumentan de intensidad cayendo en una alternancia entre la aceptación y la
negación de Dios.
Aun así, esto no impide que ambos dejen
de clamar. Exigen una explicación y, sin importar la nula respuesta de su oyente,
continúan; pero ¿Cuál es la razón? La respuesta ello es “la ilusión mágica de
la alteridad” (Jean Baudrillard, 1995, p. 50). El contexto visto desde
diferentes perspectivas. Un Dios al que dos hombres le descubren su esencia
original. Su naturaleza humana.
Bibliografía
- v Anónimo. (28 de noviembre del 2014). Cesar Vallejo: Poeta desmesurado. 06/11/2019, de ecwiki Enciclopedia Católica Online sitio web: https://ec.aciprensa.com/wiki/C%C3%A9sar_Vallejo:_Poeta_desmesurado?fbclid=IwAR1j6lxg2w6SAlWb1TnNCSapNxQYcyY9ZrxeAwvpMJbXnsvhNDhilFGcYwk.
- v Anónimo. (01 de noviembre del 2019). César Vallejo.( 08/11/2019) de Wikipedia sitio web: https://en.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9sar_Vallejo#Biography
- v Anónimo. (s.f). Vallejo, César, Mendoza. (08/11/2019) de Escritores.org sitio web: https://www.escritores.org/biografias/209-cesar-vallejo-mendoza.
- v Anónimo.
(s.f). César Vallejo.(08/11/2019) de Biografías y vidas sitio web: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/v/vallejo.htm.
- v Anónimo. (18 de septiembre del 2017). César Vallejo. (08/11/2019) de Historia-Biografia.com sitio web: https://historia-biografia.com/cesar-vallejo/.
- v Anónimo.(s.f). César Vallejo. (10/11/2019) de historia del Perú sitio web: https://historiaperuana.pe/biografia/cesar-vallejo/.
- v Anónimo. (29 de mayo del 2017). ¿Nació el lenguaje oral en la Torre de Babel? 06/11/2019, de okdiario sitio web: https://okdiario.com/curiosidades/lenguaje-torre-babel-1029959.
- v Anónimo. (4 de abril del 2019). Poesía desarraigada. 06/11/2019, de Wikipedia La enciclopedia libre sitio web: https://es.wikipedia.org/wiki/Poes%C3%ADa_desarraigada.
- v Anónimo. (27 de abril del 2019). Torre de Babel. 06/11/2019, de Wikipedia La enciclopedia libre sitio web: https://es.wikipedia.org/wiki/Torre_de_Babel.
- v Anónimo. (2019). Lenguaje e identidad “Cuando Hablas sé de dónde vienes”. 06/11/2019, de lingvo.info sitio web: http://lingvo.info/es/babylon/identity.
- Anónimo. (s.f). Guerra civil en España. 06/11/2019, de don Quijote sitio web: https://www.donquijote.org/es/cultura-espanola/historia/guerra-civil/
- Mabel Pruvost de Kappes. (s.f). El lenguaje que nos identifica ¿Cuándo comenzamos a conformar nuestra identidad? 06/11/2019, de Educrea sitio web: https://educrea.cl/el-lenguaje-que-nos-identifica-cuando-comenzamos-a-conformar-nuestra-identidad/.
- Miguel Hernández. (s.f). El siglo XX Poesía de posguerra. 06/11/2019, de escuelai.com sitio web: https://www.escuelai.com/spanish_culture/literatura/poesiaposguerra.html.
- Miguel Pérez Rosado. (s.f). La Poesía Española de Posguerra. 06/11/2019, de ArtEspañol.es sitio web: http://www.spanisharts.com/books/literature/posguerra.htm.
- Laura di Verso. (9 de noviembre del 2019). 5 poemas de Blas de Otelo. 06/11/2019, de Zenda autores, libros y compañía sitio web: https://www.zendalibros.com/5-poemas-blas-otero/.
- Paulina González. (26 de agosto del 2013). César Vallejo y sus corrientes literarias y características. (‘8/11/2019) de Prezi sitio web: https://prezi.com/flvq3wvax2od/cesar-vallejo-y-sus-corrientes-literarias-y-caracteristicas/.
- William Guillen Padilla.( enero 2013) La presencia de Dios en tres poemas de César Vallejo. (08/11/2019) de librosperuanos.com sitio web:http://www.librosperuanos.com/autores/articulo/00000002177/La-presencia-de-Dios-en-tres-poemas-de-Cesar-Vallejo
- Zambrano, Castro Wilmer, La lengua espejo de la identidad, Universidad Nacional Experimental de Táchira, s.f.
Comentarios
Publicar un comentario