Ensayo. Cruzada por la Literatura Medieval
Por: Centro Literario Istak Axolotl
La
literatura, al igual que todos los aspectos del hombre, sufre cambios.
Evoluciona y se reta así misma a explicar las cosas que no tienen explicación. En
una época como la edad media, la literatura tenía una carga especial. Era la
responsable de hacer perdurar historias que merecían ser contadas y, sobre
todo, debía dar una razón para el ser del hombre. Era quien controlaba la
moral, de quien se valía la fe para tener impacto en la sociedad y quien daba
vida a los temores que convenientemente mantenían a la sociedad equilibrada.
Una
de las primeras expresiones literarias dentro de esta época fueron las Jarchas.
Estas eran cantos cortos acompañados con música, se relataban historias de amor
y de quehaceres domésticos. Las voces narrativas eran de mujeres, sin embargo,
sus autores fueron hombres. Las jarchas sentaron un antecedente. Fueron los
primeros pasos de la poesía. En ellas se podía encontrar un ritmo y uso de
figuras retoricas para expresar lo que se quería decir. Causando una respuesta
emotiva para las personas atentas quienes las escuchaban. Con el tiempo, las
Jarchas fueron evolucionando. Cambiaron su estructura y llegaron a ser
expresiones poéticas en toda la extensión de la palabra. Pero no olvidemos que
su objetivo principal era contar una historia, historia que sería una crítica
para la sociedad, contada desde luego, desde el punto de vista femenino.
De
las Jarchas nació otra forma de expresión. Los Romances. De los Romances
podríamos decir que eran poemas, poemas octosílabos donde el tema principal a
tratar era el amor cortés. Aunque reducirlos a eso sería un completo error.
Los
Romances eran expresiones totalmente deliberadas y pensadas que buscaban un
mensaje en quienes las escuchaban o, a partir de aquí, leían. Fueron las
primeras obras que se empezaron a registrar y es verdad que su tema principal
era el amor, pero buscaban cubrir todas las expresiones de esta emoción. Desde
un amor dulcemente correspondido hasta un desolador rechazo. Aquí el objetivo de contar algo se dejó un
poco de lado, ya que se buscaban una respuesta completamente emotiva del
lector. Los Romances buscaban dejar una impresión completamente razonar sobre
los sentimientos y las consecuencias de sentirlos. Una de las primeras medidas
para controlar la mentalidad de una sociedad en crecimiento.
Medida
que más adelante, tan solo unos lustros después, se vendría concretar con lo
que en el medio conocemos como Mester de Clerecía. El clérigo es una de las
figuras más evocadas de toda la Edad Media. Tenía un papel muy importante. En
un monasterio debían conservar la sabiduría de siglos y siglos antes de su
aparición. Desde conocimientos médicos hasta matemáticos y filosóficos. El
primer libro de este subtema es El libro
del Buen Amor. Un escrito que contaba la biografía ficticia de un hombre
galante que tenía amoríos por todos lados, pero nunca le fue suficiente. Eran
las aventuras y desventuras de cualquier amante apasionado.
En
todo el libro siempre se hace referencia al contrapunto entre el amor carnal y
el buen amor. Y para nuestro autor El Archiprieste de Hita el buen amor era
aquel correspondido hacia lo divino. El amor más puro era el único que los
hombres deberíamos sentir. El amor hacia el servicio de Dios. Claro, no hay que
olvidar que el autor era un Clérigo. Todas las obras de la Edad Media tenían
una función moral, pero para el Mester de Clerecía era fundamental rescatar la
imagen de Dios y de ellos como sus servidores ante toda ciencia, filosofía o
pasión. Pasaremos ahora, dicho lo anterior, a dejar de lado el amor y nos
enfocaremos en lo religioso.
No
existe obra tan consagrada a resaltar las figuras religiosas como lo fue Los milagros de nuestra señora de
Gonzalo de Berceo. Obra sin la cual el mester de clerecía no hubiera tenido la
importancia que llegó a tener en los creyentes de estos autores. La obra cuenta
con 25 cantos, de los cuales 24 ya habían sido escritos y registrados en latín,
pero se le atribuyen a Berceo por haberlos rescatado y traducirlos al español
castellano de la época. Los cantos o milagros son hechos narrados por este
autor, de forma que parecieran historia que pasaban mientras él las escribía.
Eran, como su nombre lo dice, milagros hechos por la Virgen María, madre de
Dios. En ellos se lee el amor que tiene ella para con sus hijos, les ayuda sin
importar sus pecados y siempre intercede por nosotros.
Los
personajes son de todos los estratos sociales, de todas las profesiones y de
todo tipo de rasgos. Los pecados cometidos eran tan comunes que más de unos
pudo haberlos hecho alguna vez. Y la respuesta de la gloriosa siempre fue la
misma. La sociedad estaba creciendo de forma exponencial, la fe y la moral eran
las herramientas fundamentales para el control de la sociedad moldeable a lo
que en su tiempo se necesitaba. Pero llegó el momento en ya no eran
suficientes. La literatura debía de rodear más aspectos de la formación de los
hombres. Se tenía que crear una nueva figura, algo que refrescara y que a su
vez diera sentido de partencia a cualquiera que leyera o escuchase la nueva voz
de la escritura.
Es
así como nacieron figuras de moral incuestionable, con un asombroso valor y una
destreza que incomparable. Hombres nunca antes vistos. No sabemos sí empezaron
como gente real o sí fueron historias sacadas de contexto y alteradas por las
voces que las cantaban. Aun así, nadie puede negar la importancia que tendría
no sólo para la sociedad de aquellos días. Sino también para el futuro de la
literatura. Ya que estas figuras serian el inicio de un desbordante rio
imaginativo de sucesos y personajes fantástico que marcarían para siempre la
sensación imaginativa de todo lector.
Empecemos
con el Conde. No eran tan poderoso como un rey, pero llevaba en su nombre y en sus
tierras el respeto de este. No necesariamente debía ser alguien de buena cuna.
Podría ganarse con su valor el título y las riquezas. Y era mejor para efectos
de las historias que estos así fueran, ya que además de enseñar una nueva forma
de valorar a un hombre, también hacia las historias más interesantes para
quienes se deleitaban con ellas. De tal forma que una nueva forma de moralizar
a la gente había surgido.
Un
lenguaje con dobles intención. La de hacerse entender y la de enseñar a quienes
desconocían los grandes saberes del mundo, de una forma práctica y familiar. El Conde Lucanor de Don Juan Manuel
nacía con ojos nuevos listos para escuchar todos sus consejos acerca de la vida
y del buen comportamiento. Valiéndose de la figura de un Conde cuyo título y
tierra le costaron gran parte de su vida, y ahora después de haberlo ganado
todo necesitas los consejos de su fiel amigo Patronio
Este
libro está divido por exemplas, un estilo hasta ese momento desconocido. Cada
exempla es una lección acerca de cómo actuar bajo ciertas presiones sociales. Y
aunque no todos tenían los problemas de un Conde, eran sencillos de comprender
y de aplicar a la vida de cualquier hombre.
Cómo
cuidarte de tus enemigos, cómo guiar a tus hijos, cómo establecer verdaderas
amistades. Cómo comportarse ante los demás. De qué manera poder cumplir siempre
tu palabra y cuáles eran las virtudes más valiosas de un buen caballero. Era
sólo algunas de las lecciones de este libro. Lecciones que siguen vigentes en
nuestros días, alguna de ellas las hemos escuchado en la voz de nuestros padres
y abuelo, y ni si quiera imaginamos venían de un libro tan lejano en el tiempo.
Cada vez que una expempla es terminada, el autor
escribe sus versos haciendo una alusión como si él estuviera escuchando la
conversación entre los dos personajes o como si conociera a alguno de los dos y
ambos fueran reales.
Cada
consejo era muy valioso para la sociedad de la temprana Edad Media, para esa
sociedad estática, sumida en bloques grandes y pesados de categorías
jerárquicas. Donde historias y lecciones como estas le permitían a más de uno
soñar con mejorar su situación actual. Después de los Condes llegamos a los
Caballeros. Pero no cualquiera de ellos. Estos eran guerreros que peleaban por
la supremacía de un rey, por la paz entre reinos y sobre todo para demostrar su
valía ante los ojos de la divinidad.
Cada
región cuenta con un personaje emblemático que protagonizaba las canciones
cantadas por los juglares. Personajes cuyo emblema era muy importante para
todos quienes pertenecían a la misma región de la cual venia este héroe local. Existieron
muchos personajes relacionados con personas históricas. Lo que nos podría
llevar a creer que fueron reales o por lo menos hasta cierto punto de sus
historias. Sin embargo, uno de los más importantes y con el que podríamos decir
nació esta tradición caballeresca fue Diego Ruiz Díaz de Vivar, El Mio Cid o
Cid el campeador.
La
historia cuenta que hubo una vez un valiente caballero al servicio de su rey,
él era el principal combatiente de los moros, pero con el tiempo hubo
discordias con su señor y nada de lo que ya había logrado lo puedo salvar. Fue
desterrado, y a pesar de eso mucha gente lo seguía. Abandonó a sus hijas no sin
antes prometerles que regresaría por ellas. Una vez que pudiera limpiar su
nombre ante el mismo rey que le había dado la espalda. En el camino se le presentaron
numerosas batallas y de cada una de ellas salía victorioso. Y antes de partir
al siguiente combate, procuraba mandarle un regalo al rey a fin de que volviera
a creer en su lealtad. Después de 15 años o más el Cid puedo regresar, su plan
había funcionado y el rey le había concedido su perdón y dos varones que
desposarían a sus hijas. Los hermanos de Carrión, dos sujetos de muy malas
intenciones que muy pronto cayeron en desgracia por su cobardía y fueron
abatidos por el Cid. Después de ese trago amargo en la historia, las bellas
hijas pudieron casarse con los varones de Navarra y Aragón. Quienes juraron
protegerlas siempre.
En
cuanto a la forma en la que está escrito; son versos de 14 silabas con un
hemistiquio que los divide en heptasílabos, es prosa poética y el lenguaje,
hasta este punto de la vida del español, es una fuerte hibridación entre el
portugués, franco y el recuerdo del latín. Su carga moral se inclina hacia la
obediencia de un rey, las responsabilidades para con los hijos y la gallardía
de un hombre sin límites que con perseverancia logró regresar al camino que lo
obligaron a tomar.
También
se podría decir que tiene un valor educativo. Muestra por una parte la
ideología de los reinos españoles y la rivalidad existente entre ellos y los
moros. Trata de justificar el por qué es correcto sacarlos de las tierras. Pero
no es lo único, ya que se hace una fuerte introspección a la figura femenina.
Tanto con las hijas maltratadas por sus primeros esposos como con el emblema de
la mujer paciente que fue la esposa del Cid el campeador.
Muchos de los anteriores no pertenecieron a literatura española, pero
sucedieron muy cerca de España y en un marco temporal próximo al del Cid. Años
después de que estos cantos eran interpretados por juglares o músicos en plazas
y centros públicos. La narrativa iba perdiendo fuerza. El toque romántico que
le daba la poesía iba desapareciendo, pero no por completo. Un nuevo género iba
creciendo. Un género que ya había existido. No era nuevo. Sin embargo, para el
idioma y la región jamás había tenido tanta importancia. El teatro. La Celestina es la primera en alzar la
voz en la sociedad para que tanto burgueses como campesinos voltearan a verla y
disfrutaran una nueva forma de entretener y alimentar el espíritu.
Su composición se remonta a los últimos años del siglo XV,
durante el reinado de los Reyes Católicos, si bien su
extraordinario éxito editorial comienza en el siglo XVI y continúa, con altibajos, hasta su
prohibición en 1792. Por su argumento amoroso, su finalidad didáctica, la
abundancia de citas de autoridad, la elección de sus personajes, su forma
dialogada y su más que probable vinculación a un entorno universitario, se ha
considerado a la Celestina un ejemplo sui generis de comedia humanística, aunque hay quien
prefiere considerarla como un híbrido entre novela y drama. Su influencia en ambos géneros es muy notable, hasta el
punto de que es posible hablar del subgénero de la celestinesca, en
el que se incluyen tanto obras desarrolladas directamente a partir de su trama,
sus personajes o sus temas, como ambientes o personajes celestinescos en
comedias y novelas que, en principio, nada tienen que ver con la Celestina.
Otro género con el que se puede asociar es la tragicomedia. De hecho, uno de sus primeros títulos y con el cual se dio a conocer en los primeros años después de haber sido terminada fue: Tragicomedia de Calisto y Melibea. Por sus dos personajes principales quienes pertenecían una clase elevada de la sociedad, una de las pocas privilegiadas y en dónde era más probable encontrar situaciones como la de la obra. Ya antes, se había hablado de la importancia que tenía el amor y su visión en la sociedad burguesa de la época, pero fue hasta el siglo en el que apareció La Celestina que se permitió ver un panorama completo provocado por un amor no correspondido y las consecuencias de aferrarse a él.
Fernando de Rojas nació en 1470, fue un escritor y
dramaturgo que veía de cerca la realidad de la sociedad medial, una realidad
que afectaba a un 80% de la población española. Es por eso que los personajes
de la obra en turno tienen una moral baja. No son reyes, cabaleros, condes o
princesas. Sus protagonistas son de buena cuna, pero depende de aquellas
personas denominada como pobres. Prostitutas, rufianes, guardias y asesino. La Celestina es la mirada más honesta a la
realidad. toma las imágenes de los ricos y poderosos burlándose de ellos y
mostrando su necesidad de tener cerca a aquellos que no fueron tan bendecidos
como ellos. De mirificando la imagen de
héroe rico y valiente.
La obra inicia con Calixto y Melibea, Calixto le
declara su amor, pero Melibea lo rechaza. No acepta ese amor lo que sumerge a
Calixto a una profunda depresión. Calixto depende de dos de sus criados más
cercanos para que cuiden de su salud. A ambos se le ocurre la idea de ir con
Celestina un Prostituta y bruja que los cuidada de niños, ella podría ayudar a
su amo y a cambio ellos recibirían una buena cantidad de gratitud de Calixto.
Celestina acepta entran en el negocio, pero pide algo a cambio de sus servicios.
A partir de ese momento las cosas se iban a complicar más. Los os criados,
Sempronio y Parmenio están enamorados de dos jóvenes quienes les ayudan a
convencer a Celestina y en conjunto logran su objetivo. Melibea queda
completamente enamorada de Calixto y este les da una buena paga a sus criados y
a Celestina. Por ambición esto tres últimos no pueden ponerse de acuerdo en la
manera de dividirse la gracia de su señor y terminan peleando lo que provoca la
muerte de Celestina en manos de sus “hijos”. Después las personas del barrio
matan a los jóvenes por asesinos dejando desconsoladas a las dos jóvenes
enamoradas de Sempronio y Parmenio. Quienes se vengarían de Melibea por haber
provocado todo esto. Se planea atacar a Calixto quien muere por accidente al
caer de una gran altura lo que lleva a Melibea a suicidarse desde lo alto de su
propio hogar.
Se forzó a alguien a amar y la ambición de terceros hizo que todo terminara en tragedia. la mayoría de los personajes mueren. Y las debilidades humanas crecen y viven para seguir contando una historia más. Al ser los personajes tan cercanos a la clase más bajas de la sociedad, hace que su interpretación y lectura sean un golpe directo a los defectos humanos que en un principio nacen de la necesidad de ser más. de superarte y crecer. Ofrece una moral diferente. Muestra lo imperfecto que los humanos son y más cuando se trata de amor. Ya no era una visión sagrada de un clérigo hablando del buen y mal amor. Era un hombre hablando de un sentimiento que hace más hombres a quienes ya tuvieron la dicha de sentirlo. Presentando uno de los primeros toques de comedia y simplicidad referentes a la cultura popular.
Fue un cambio de perspectiva. Ya no se trataba se hacerte sentir bien con tu patria o tu fe. Lo que consigue es una mirada crítica ante los defectos de cualquier hombre enamorado, y de las consecuencias de sucumbir ante estos defectos. Haciendo responsables de sentir la miseria de con la que muchos nacieron.Así se iniciaba una de los géneros literarios más importantes para España. Del mismo que dependería siglos más tarde. Teniendo a los mejores escritores para darle forma a un siglo que lo necesitaría más adelante. Ya hemos visto como la literatura medieval estaba estrechamente asociada con los tópicos e imágenes de la sociedad. Eran necesarias las apariciones de estas figuras en las obras, para que estas pudieran cumplir con su propósito y sobre todo para la provocación de la emotividad de los lectores.
Cada lectura hasta ahora revisada tiene un tema de
la vida que tratar. Pero para terminar este recorrido debemos mirar a detalle
una obra que reflejaba una de los momentos más importantes de la vida medieval.
Un momento que lo marca todo y que a su vez le da sentido al resto. La muerte.
Y la obra que llevaría la carga de educar y demostrar este aspecto de la vida
haciéndola tan grandiosa como los cantares caballerescos o el amor sería La Danza de la muerte.
La Danza de la muerte o Danza macabra es
un género artístico tardo-medieval cuyo tema era la universalidad de la muerte.
Se trata de un diálogo en verso y por tanto representable, en que una personificación alegórica de la Muerte, como un esqueleto humano, llama a
personas de distinta posición social o en diferentes etapas en la vida para
bailar alrededor de una tumba. Típicamente estas figuras eran el Papa, el Obispo,
el Emperador,
el Sacristán,
el Labrador, etc. La muerte les recuerda que los goces mundanos tienen su fin y
que todos han de morir. Se cree que las danzas macabras eran de hecho bailadas
representadas teatralmente en el siglo XIV.
Este macabro espectáculo se desarrolló en toda la
literatura europea, procedente de Francia. En Escocia, por
ejemplo, aparece en el Lament for the Makaris del poeta escocés William Dunbar. El tema de la muerte dominó la Baja
Edad Media y frente a ella no había resignación cristiana, sino terror ante la pérdida de los placeres
terrenales. Presenta, por un lado, una intención religiosa: recordar que los
goces del mundo son perecederos y que hay que estar preparado para morir cristianamente; por otro lado, una
intención satírica al hacer que todos caigan muertos,
con independencia de su edad o su posición social, dado el poder igualatorio de
la muerte. También tuvo expresión artística, mereciendo destacarse los grabados
que hicieron Hans Holibein (publicados en 1538) y Heinrich Aldegrever (1541). Ya en
el siglo XIX, el caricaturista Thomas Rowlandson lanzó otra
versión grabada de tono más humorístico.
En España la obra tuvo un gran impacto en la sociedad
diezmada por una fuerte plaga. La peste negra fue una pandemia de peste que asoló
Europa durante el siglo XIV y era transmitida por unas pulgas transportadas por
ratas. Se cree que la epidemia surgió en Asia central, desde donde pasó a
ciudades italianas como Génova, con gran actividad marítima, y de ahí a toda
Europa. La peste negra acabó con casi la mitad de la población europea y con
unos 100 millones de personas en todo el mundo. Todos morían. Niños, abuelos,
madres, reyes, condes y campesinos.
La Danza de la muerte fue una manera de
desviar la mirada y de extrapolar un nuevo sentido a la muerte. La gente no la
volvería a ver como una tragedia. sería más bien algo porque reírse y una
manera de recordarnos que sin importar los bienes que poseas o el nombre que
tengas, para la muerte siempre será lo mismo.
Imaginen lo maravilloso que fue ver de otra manera la muerte de las
personas que amabas. Ver lo de una manera cómica, imaginando a todo por igual,
pensando en que estarían bailando jun to a reyes y condes, caballeros e incluso
el papa. Acompañados por música y gran alegría aun después de haber perdido la
vida.
La literatura desde que el hombre empezó a necesitar respuestas nos ha
brindado oportunidades que no hubiéramos podido conseguir sin ella. Nos ha
ofrecido creer que todo es posible. Nos ha llenado de símbolos en los que
esperamos alguna vez convertirnos. Nos alimenta el espíritu, nos enseña con
errores que no cometemos y nos da una esperanza de que las cosas no tienen un
final. Vivimos de ella y agracias a que existió podemos ver el pasado al que
también ayudó. Nos acerca en el tiempo y enseña que somos muy parecidos entre
nosotros. La única diferencia está en creer que los somos. Gracias a la
literatura este viaje fue posible.
Bibliografía
·
Arciprieste
de Hita . El lirbo del buen amor.
España : Castalia, 2017.
·
Gonzalo
de Berceo . Milagros de nuestra señora .
México : Porrúa , 1997.
·
Fernando
de Rojas . La Celestina .
México : Austral , 1983.
·
Eduardo
Gonzales Pedroso . "Danza de la Muerte. "Bliblioteca virtual Miguel
de Cervantes . 2016. Biblioteca virtual Miguel de Cervantes . 2018 http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/danza-de-la-muerte--0/html/fee20f22-82b1-11df-acc7-002185ce6064_1.html.
·
https://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_de_Rojas
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