Cuento. El hijo Prodigo

Por: Farshid Shirazi

                                                (Madre e hijo en la playa" de Joaquín Sorolla)

Un día, la señora Josefina se encontraba preocupada, porque no había recibido la llamada semanal de su hijo Lucas, que se encontraba en Alemania, estudiando y trabajando.

-¡Ay Chepina! Seguramente tuvo mucha tarea, o tal vez se quedó sin dinero para llamarte, tú tranquila, seguro llamará en estos días- Le dijo Alicia, su vecina y amiga de años.

-Licha, yo sé que algo pasa con mi Lucas, mi corazón de madre me dice que algo no está bien. Si esta noche no me llama, así me quede sin cenar hoy, le llamaré.- Dijo Josefina decidida.

 

Cayó la noche y la llamada tan esperada, no llegó. Desesperanzada, estaba dispuesta a llamar de una buena vez a Lucas y quedarse sin su cena.

 

Hasta que hubo un sonido que le devolvió la esperanza; tocaron el timbre 3 veces seguidas, como Lucas solía hacerlo cuando él llegaba a casa, continuadas por una risilla muy característica de él.

Extrañada por aquellos sonidos, caminó rápidamente hacia la puerta, al abrirla descubrió algo que la llenó de emoción: ¡Era Lucas! ¡Había regresado de Alemania después de 6 meses de haber estado allá!

 

Entre su emoción, Josefina notó algo extraño en su hijo: había regresado sin maleta alguna, solo con un pequeño maletín donde: -Seguramente tendrá su pasaporte- pensó.

 

Lucas abrazó a su madre con tanto amor, como solía hacerlo cuando era niño. Su madre le acarició el rostro, mientras él se dejaba llevar por las caricias de su madre.

 

-Lucas, te he extrañado todo este tiempo, ¿Por qué demoraste el llamar?

-Mamá, es que, estando en el viaje no recordé nuestra llamada semanal y aparte te quería dar la sorpresa de que vendría, pero ya estoy aquí, así que ya no me extrañarás- Exclamó Lucas un poco nervioso.

-Está bien Lucas, solo quería saber si estabas bien, o si te hacía falta algo pero ya veo que no, mi muchacho está más sano que nunca.

Lucas ríe inocentemente, mientras mira a su madre.

-Ma, ¿Ya puedo pasar? – Dijo entre risas- Es que tengo mucho frío acá afuera- Exclamó Lucas.

-Claro que sí, mi corazón, también es tu casa.

 

Josefina, mientras Lucas entraba a la casa, se quedó un poco desconcertada, puesto que era época de verano y las noches no eran para nada frías en la zona, pero la emoción de la llegada de Lucas, ahogó todos esos pensamientos.

-Lucas, ¿Quieres un café? ¿Algo de comer mi corazón?

-Por ahora solo un gran vaso de agua, aquel azul, el de plástico. ¿Recuerdas cuando ese era mi favorito cuando era niño?

-¿Era? ¡Lo sigue siendo!- Dice Josefina entre risas.

 

Ella le da el vaso lleno de agua a Lucas, él lo disfruta demasiado, como si no hubiese tomado agua en años.

-Muchas gracias Ma, he tenido mucha sed en el viaje, tanta que este vaso de agua, me sabe a gloria.

 

-De nada hijo. Ya es algo tarde, aunque si quisiera que me contaras todo lo que has vivido en Alemania, antes de que vayas a dormir, porque te ves un poco cansado, mi vida. Y dime, ¿Has hecho buenos amigos?  ¿Cómo son las calles allá? Tienes mucho que contarme, Lucas.

-Claro que sí mamá, para ti tengo todo el tiempo del mundo a partir de ahora. Pues, he hecho pocos amigos, dos con los que más convivo se llaman Javier y Dietrich, son buenos, aunque un poco bebedores y distraídos. A pesar de eso, les estimo mucho. Y sobre las calles, Alemania es preciosa, sus calles son muy bonitas y el estilo de sus casas es diferente a las de aquí, pero siguen siendo agradables y muy acogedoras.

 

Lucas y Josefina se quedaron platicando un muy buen rato sobre las experiencias de él en Alemania.

Luego se hace un tierno silencio mientras se miran mutuamente, Lucas, se sienta a su lado, se acurruca en su pecho y le dice:
-Mami, he extrañado tanto tus brazos, que por eso vine a sentirlos una vez más antes de regresar.

 

Josefina lo mira tiernamente en silencio y le acaricia la cabeza, Lucas parece pensativo.

Luego se levanta entusiasmado de pronto y le dice a su madre:

-Ma, ve preparando tus cosas, que al amanecer vendrás conmigo, quiero llevarte conmigo, te necesito mucho y eres lo que más amo. Me odio tanto por haberte descuidado estos seis meses, que lo pensé mejor y te llevaré conmigo.- Dice Lucas con un semblante triste pero decidido.

-Pero cariño, no me abandonaste, estabas cumpliendo tus sueños y eso me hace muy feliz.-Responde Josefina tratando de reconfortar a su hijo.

 

Josefina lo mira con extrañeza mientras le pregunta si está seguro de lo que va a hacer, él decidido, le dice:

-Mamita, he venido por ti, solo por eso regresé a la casa.

-Hijo, no estoy segura, no tengo el dinero para irme, ¿Cómo le vamos a hacer?

-El dinero es lo de menos, yo te necesito a ti. Por favor mami preciosa, ven conmigo.

-Está bien mi amor, ya que insistes, pero tranquilo, ya estás cansado, ve a dormir un rato, yo me encargo de preparar  las maletas y algo de tu ropita, para irnos mañana.

-Sí mamá, estaré en mi cuarto, ¡Te amo demasiado!- Responde Lucas efusivamente mientras abraza a su madre y le besa la mejilla.

 

Cuando Lucas ya está dormido en su cuarto y Josefina preparando las maletas, alguien toca la puerta. Josefina va y abre, se da cuenta que es una persona de la agencia de intercambio de Lucas.

El joven le saluda cordialmente, pero tenía un semblante algo sombrío y sospechoso, como si algo malo tuviera que decir.

El joven le dio la terrible noticia a Josefina: Lucas había fallecido la noche anterior, en un accidente automovilístico en Alemania, después de una fiesta. Dietrich y Javier iban de piloto y copiloto respectivamente, el piloto iba alcoholizado mientras que Lucas y Javier iban sobrios. Dietrich dormitó, y los alcanzó un tráiler, Dietrich murió enseguida, Javier y Lucas gravemente heridos, murieron camino al hospital.

 

-Pero si mi hijo está aquí durmiendo en su cuarto, vino a visitarme, esto debe ser una broma de muy mal gusto o una equivocación, joven.

 

El joven se puso pálido y con voz temblorosa respondió:

-Señora, su hijo portaba su identificación, era él mismo, Lucas Ramos Del Toro, ¿No es así?

- Ese es su nombre- Responde Josefina con un nudo en la garganta.

-Tenemos fotografías del accidente, claramente, es él. Lo siento mucho, señora, pero lamentablemente es él.

 

El joven muestra las fotografías a Josefina y ella rompe en llanto al darse cuenta que claramente es Lucas el que sufrió el accidente y falleció la noche anterior, su Lucas, su bebé y  su todo.

 

El joven le da sus condolencias a Josefina y helado por lo que había dicho Josefina, se marcha en breve.

Josefina estando paralizada por la noticia, va lentamente al cuarto de su hijo y descubre que sigue estando allí, Lucas despierta y le dice:

-¡Mami! Ven aquí a dormir, recuerda que cuando amanezca nos tenemos que ir y tienes que descansar.

Josefina  ciegamente se recuesta al lado de Lucas y éste la abraza, mientras ella se queda profundamente dormida.

 

Por la mañana Alicia toca constantemente la puerta y nadie responde, entonces decide abrirla con la ayuda de otros vecinos, puesto que le pareció preocupante la situación.

Al abrir la puerta y buscar a Josefina por toda la casa, descubren algo que los dejó helados, Josefina parecía dormida en su cama, pero ya no tenía pulso. 


Farshid Shirazi es una joven escritora de 19 años, amante de la historia, la música, la fotografía y el periodismo.

contacto: bfannysunset24@gmail.

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