Reseña (1). Un mensaje y una imagen. El instinto revolucionario del arte
Un
mensaje y una imagen. El instinto revolucionario del arte
El
arte se contempla así mismo cuando la perspectiva y la técnica se encuentran. A
través de este fenómeno los espectadores pueden perderse en esa mezcla de
elementos cuyo origen se desconoce mientras que la intención permanece. Es entonces,
el momento en el cual las obras tienden a la simbolización y se convierten en
símbolos integrales que poseen la libertad de moverse por el campo de la
cultura tanto individual como colectiva.
Tal
es el caso de la obra plástica de Octavio Gil. Un artista veracruzano quien
propone un estilo particular en la manifestación del color inspirado en su
experiencia como creador y estudiante. La viveza de los detalles dota a sus productos
de un carácter audaz por el cual todo espectador puede reconocerse.
Cuando
el lector se dispone a conocer el significado de un cuadro, este se sumerge en
la tarea constante de actualizarse con base en el más inmediato sentido que
manifiesta su primer interacción, pues la comprensión de lo que se propone
entender consiste una construcción continua por parte del interprete.
Es
entonces donde surgen la comunicación velada entre la obra de Octavio y las
grandes imágenes de las plástica nacional. Nombres como Rivera, Toledo, Tamayo
y Orozco se hacen presentes como una evidente fuente de inspiración para el
artista y una guía para el aficionado que se posa enfrente de este circuito.
Así,
gracias a esa conexión intrínseca, las interpretaciones potencialmente infinitas se ordenan en la mente del lector permitiendo el primer paso a la difusión del
contenido. Por lo tanto, se establece un diálogo interpretativo entre las demás
construcciones las cuales participan en la consolidación del proyecto personal
de Octavio.
Finalmente,
la intelección surge al principio de un razonamiento. Por
lo que es más importante la comprensión de los procesos y sus resultados que la
explicación racional de su operación. Factores como la rebeldía, pasión y fuerza
son los macro relatos que se pueden leer en los bordes de cualquier pieza hecha
por este impresionante artista. Un espíritu que continúa dejando huella y que
solo él conoce lo que depara la siguiente colección.
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octavio gil 28
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